jueves, 10 de noviembre de 2016
CARTAS ENTRE TU AZUL Y EL MÍO(LA UCRONÍA)
Cartas
Entre tu Azul
y el Mío…..
Imágenes
históricas de una Ucronía
Por
Aisha
Tsufurujin(Kassandra Gauthier)
CARTAS ENTRE TU AZUL Y EL MÍO
PRELUDIO:
Un misterio que pervive en la ucronía.
Y un silencio que hiere piedra ,y llama.
La muerte que se asoma día a día,
En tanto canta el alba en una alhama.
Las balas y el destino de los hombres
Heridos de belleza.Un torvo anhelo.
Dios sabe cuánto cuesta levantarse
Cuando la frente ha dado contra el suelo!
Un suelo que se yergue tras mil años
De sangre derramada y de misterio.
PRIMERA
PARTE:
I
Madrid,Marzo
de 1936
“Su
carta de usted no pudo más que sorprenderme.Un hierro al rojo vivo en las
carnes ,o el cuerno de un toro engarzado en las entrañas ,me habrían hecho menos impresión.
Me
quemó los entresijos del alma.Y me sumió de lleno en el misterio.
Hacedor
de palabras y de rimas viejas tiznadas por la luna,me siento honrado,y,a la
vez,horrorizado.
Si
estuviera en mi tierra iría a preguntarle al brocal de algún patio de piedra,o
entregaría mi interrogante a los olivares del viento.
Pero
,aquí,en este café citadino,tras los cristales que me separan del fárrago de
los rostros y las bestias,tan lejos de la cal,sólo puedo imaginar lo que
incluso uno como yo no atinaría ni en cien años de locura.
Cavilé
antes de responder a usted ,tentado estuve de dejar pasar la anécdota.
Porque
es una anécdota,o una broma,o un jolgorio que Dios nos ha montado…vaya a saber
por qué!
Dice
usted una fecha y una hora;anuncia usted la data de un proyectado encuentro.
En
fin,que sólo el muro de mi estancia conoce este secreto,y no veo cómo
sustraerlo a las miradas,de suyo indiscretas y maliciosas,de las gentes.
Repite
usted con inisitencia una palabra:”Azul”.
Una
palabra aguda,agridulce,con la “l” marcada como una verja de plata en un jardín
desnudo.
Interesante
y demencial palabra,enhiesta como la imagen de un icono,y,tal vez,pálida como
la mano de un muerto.
Es
que usted y yo ya estamos muertos?
Suyo,
F.
II
“La
grata nueva de tu gentil respuesta me sorprende en medio de la fiebre.A punto
de partir ,entre silencios y rostros encadenados a una instancia que ya no
admite demora ,afilando la espada de un discurso inacabable e inacabado,recibo
tu carta.Pocas cosas logran arrancarme en los tiempos que corren una sonrisa.Y
una de ellas ha sido esta tu carta,que sostengo entre mis manos mientras dudo
entre encerrarla en mi maletín,o bien guardarla celosamente en el bolsillo de
mi camisa.
Creo
que optaré por esto último.El viaje será largo.Y al releerla vendrán a mi
cabeza mil combates de reciedumbre antigua y grave.
Entretanto,pasaré
por Salamanca,a ver al Rector. Él dice que se trata de un Poema,y quiero saber
si tú eres el responsable de los versos.
Ah…Y
apea el tratamiento.Nada de “Usted” ni de formalidades vacuas.
Somos
tú y yo.Y somos iguales.Aunque te parezca horrendo,extraño,abominable,loco.
Y
yo te auguro que será todo eso,y algo
más:será trágico.
Recuerda
mi vuelta.
J.”
III
“No
sé qué decirle….Perdón…..No sé qué decirte.Revisando mi drama encontré palabras
tintas en sangre negra.
Y
pensé en S. Y en cómo pintaría tus flechas.Yo pienso que las engarzaría en la
espuma del mar.
No
puedo decir cuánto duele su presencia.Presencia que es vacío,porque….
Oye…Pregúntale
a tu amigo el Rector sobre el vacío.Yo creo que él puede darte una respuesta.
Entretanto,aferro
tu carta,y..
“Me vuelan sobre los chopos
Cantos de grillos dormidos.
Viene llegando la noche:
Me trae una cepa de lirios”.
Si
mi verso quiere algo,es la cruz de tu oratoria altiva.No puedo confesarlo más
que al alba,pero yo,en mi soledad,te admiro”.
F.
IV
(
Salamanca,primeros días de Abril de 1936)
“Héme
aquí,a la espera de la Semana Santa.Echo
de menos una saeta cruda,de las que duelen,en el costado de un Cristo que,de
pie,desafíante,alumbre la tenebrosa atmósfera de hogaño.
Es
primavera.No siendo yo el más indicado para elevar las preces de poeta,porque
de ripio e insulsa rima de principiante se alimentan mis versos,te ruego la
compongas en tu espíritu y la murmures quedamente.
Que
nadie escuche las preces por los que han de morir antes del crepúsculo de la
tarde.
He
hablado con el Rector.Caminamos en silencio,en un absurdo y extraño
quietismo,Tenaz como los hijos de su raza,me habló de Dios,de un Cristo hecho
de pan y de tierra y de oraciones tristes,y me dibujó con un dedo en el aire la
oquedad de la nada.
Es
su alusión perenne a uestra finitud.Sonlas cadenas que nos unen al yugo que yo
he querido presentar como la unión de los que sueñan la inmanencia.
Como
Dios nos soñó.
No
se lo digas a nadie,pero temo los calores del verano:con su eclosión
nefanda,que deja oler la podredumbre y se estrella contra el cadáver de una
quimera.
Necesito
tus versos para no morir aún.Sólo por ahora.
J.”
V
“Las
almas que no lloran las ausencias
Hasta
fundirse en lágrimas de sangre
Son
esas mismas que al sentir la gracia,
Cautivas
,a tus pies,ruedan y caen”
No
se me quita el velo de los ojos.Es un velo de níquel,espeso y gris,que confunde
el olor de esta primavera con la reunión que espero.
He
ido a unas reuniones,y,de veras,me arrepiento.ES absurdo pretender negar que la
belleza puede existir independientemente de la tiranía del poder.
He
visto su barbarie.He visto sangre en las cuencas de sus ojos.Unos
morirán;otros,verdugos de la peor de las especies,voltearán la espalda.
Como
tú dices siempre,es por el pan,la libertad….Yo,amigo mío,ya no sé nada.
Sólo
seé que al escuchar a R.desplegar una oratoria capaz de vandalizar las
almas,sentí el terror calándome los huesos.
Tú
necesitas de mis versos…Yo ,en cambio,anhelo la fuerza de tu brazo,capaz de
alzar el yugo y domeñarlo.
“El monte teme a la noche
Porque es turbia y es gitana.
El Sol viene y se lo lleva
Hacia la eterna mañana
Tiene manos de refriega,
Tiene ojos de halconero,
Tiene las ráfagas ciegas
Y corta a filo su cara.
Si soy monte,tú eres viento:
Un siroco de sabana.
Si eres Sol,soy tu invitado,
En el todo y en la nada”.
Tuyo,
F.”
VI
“Entonces
soy un gato garduño.Lo has dicho tú mismo alguna vez.
No
te preocupes por los ojos indiscretos:en el sitio de siempre,con las
cortinillas corridas,a la hora sèptima de la tarde.
El
mismo sitio donde solíamos estar de broma, de mesa a mesa,allí donde A. te
señaló como el más vívido color que esta tierra (bendita,y,a la vez,muerta en
el alma) había producido en más de una centuria.
Regusto
gongorino en la boca,y una sutil espada entre las manos.
Excusa
lo breve de la presente misiva.Estoy vestido de orador de barricada.
Espero
que no te importe que tu carta esté guardada en mi pecho,en el bolsillo
superior de esta camisa ,de la que suelen abominar quienes se dicen tus amigos.
Habla
con L. Él se encargará de todo.
Espera.Allí
estaré.Si algo he de cumplir hasta la muerte,será el ínclito valor de la
palabra”
J.
SEGUNDA
PARTE:
“”LOS OJOS VERDES Y LA
VOZ VIOLETA ”….
No.No
son verdes :son pardos con un trasfondo de piélago que se ha escondido entre los montes de su
mirada,que trasciende los ojos.
Pero
son verdes en el mismo seno del abismo que les da vida.
En
el automóvil,con las cortinillas corridas,apenas hay más lumbre que un
cigarrillo.Cuando le vi subir al coche,con su impermeable gris,alzado el
cuello,agradecí a todos los gitanos de la Vega que hayan rezado a su Virgen de rostro
quemado para que lloviera.
El
saludo fue tácito.Y luego,la tímida luz del cigarrillo,el silencio,las frases
sueltas sobre la intensidad de un verso.
Si
se enteraran!Si se enteraran!!
Sería
el escándalo más sabroso para la cotilla del mujerío en que se convierten
ciertos varones cuando les escuece el sitio donde el honor caduca ante la
inminente premura de la carne seca.
Hace
milenios,en la Magnesia
de la vieja Asia Menor,alguien (un filósofo?un demente?un poeta?) halló una
piedra capaz de atraer los metales.Este hombre es eso.Mi níquel y mi estaño,mi
hierro en limaduras menudas y endebles,todo lo ha atraído desde los ya lejanos
días de las furtivas,solapadas miradas estudiantiles,de mesa a mesa,en la vieja
tertulia del café.
Y
es allí donde vamos ahora, al imsmo café
de Lyon ,en la calle de Alcalá:al centro carnal de esta ciudad que ,poco
a poco, se desmorona como un edificio triste y sin dueño.
Hay
humo y miradas torvas que se sesgan como en una mala tarde de faena.
Es
que el toro y el matador desnudo han aparecido en un ruedo casi desierto.
Por
sobre el rancio olor del tabaco y el alcohol, su perfume de almendras y de
rosas me aprisiona las muñecas y me ata con las sogas de una imperiosa urgencia
que me subleva.
Sentados
a una mesa,frente a frente,entre el vapor de las viandas y el perfume cómplice
del vino mezclándose con el aroma de sus almendras y sus rosas,su voz violeta
,azul,índigo...hiere el silencio:
-Tal
vez estemos ya de suyo muertos,y lo que llamamos vida no sea más que un
remedo.-hace una pausa breve-No te interesa saber el por qué de mis luchas?Qué
trae al glorioso poeta escapado de una noche de Albaicín y luna llena a la
corte silenciosa de la voz que clama en el desierto?
Suspiro.
-Primeramente,tu
invitación,y el recuerdo de las vijeas tertulias de antaño,cuando la
estudiantina bebía cerveza y sueños y todos los ríos aún no se habían teñido de
sangre.
Casi
puedo decir que sonríe tras mi respuesta:
-La
sangre de los pobres y la de los ricos es igual de hirviente y espesa.Ambas
hieden al sol,ambas se congelan en el viento.No te has preguntado por qué la
lucha es como una matrona vil y ciega,como una pecaminosa monja que hubiera
olvidado sus votos?
Tras
una tensa ,interminable cuota de silencio,se responde a sí mismo:
-Porque
lo que realmente ha olvidado es la tascendencia.
-“Matrona
de carnes tristes
Que ha olvidado su nobleza:
Su estirpe pura y gitana
Un
día reina,y hoy,sirvienta”
Me
mira fijamente.Alzo los ojos para responder a la mirada terrible,parda,verdosa
en el pozo sin fondo de su abismo íntimo.
Y
quedo cautivo,prisionero,como aquel gitano del romance mío cuando le cogieron
los tricornios(los luctuosos tricornios!) y le arrastraron sin piedad al
suplicio,
-Dios
sabe lo que ha puesto en tu garganta.Tu garganta es como una extensión de tu
alma.Tienes palomas,buitres y cuchillos estampados en ella,que luego bajan por
tus venas hasta tus manos nerviosas.
Instintivamante,apoyo
mi mano sobre el mantel.Pálido he de estar,porque el blanco de sal semeja una
oscura bruma en torno de mis dedos.
Él
los mira,y mentalmente acaricia cada movimiento.
-Eso
es la Falange-murmura ,suspirando-La
Falange es esa imagen de tus dedos.
Esbozo
una tímida respuesta:
-Yo
creía que era el Duende.Quiero decir….Pensaba que conocía de cerca al Duende,y
que lo amasaba con la harina violácea de mis versos…cuando el muy ladino se
dejaba atrapar.Pero ahora veo que no era así.Estaba allí,pero yo no le
conocía.Era…como el Verbo…..Era……Eras….tú.
(CONTINUARÁ…)
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